lunes, 14 de marzo de 2011

Si te callas
y dejas -ausente-
morir la verdad
en el horizonte de tus labios,
o si sos viento
que se inunda
en los aires del desastre,
tal vez tus 22 fuegos
inicien la agonía
de saberse brasas
aún ardiendo.

Si la rabia
empaña tus ventanas
que se creen ojos,
y el despecho de los golpes
no ve el tiempo
que se presta para el cambio,
no desoigas esa voz que tenes
-bien adentro-

Y abrazate en tus dudas
y si es necesario,
sostenete en mi esperanza
para gritarle al cobarde
con nuestra sangre de quien resiste.

3 comentarios:

  1. no te imaginás lo bien que me hizo leer esto en este momento.


    un abrazo

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  2. "Para gritarle al cobarde con nuestra sangre que resiste..."

    Chapeau.

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