lunes, 14 de febrero de 2011

Yo quise fin y había más.

Una mezcla entre la canción más triste, y la más violenta.



Estar muerta es muy parecido a

el estado en que me pone querer morirme:

Esto no tiene nada que ver con adolescencia en decadencia, ni con anti-depresivos, ni con suicidios fallidos.
No soy adolescente, no estoy deprimida y no me quiero suicidar.
Estoy grande, furiosa y quiero que se me pase pronto para ser la de siempre.


Claramente me tengo que poner a pensar que siempre antes de vos estaba más tranquila. Siempre venís a recordarme cómo era lo que no me gustaba de mí y que había (a fuerza de música y buenas manos) podido controlar.
Entonces hay que dejar de jugar con esto, urgente.
Pongo la luna en su lugar y la venero desde abajo. No me sirve que la traigas a mi cama pero que no estés para mirarla conmigo.
Pongo las hadas en los cuentos y cada tanto aplaudo a ver si resucitan. No me sirve que me acompañen a la verdulería si les quebraste las alitas una por una.
Pongo el tiempo en los relojes, las flores en la cursilería, la intensidad en lo que no va a valer la pena, el "mañana" en lo que REALMENTE NO PUEDO HACER HOY y a vos

a vos

en la concha de tu hermana.

4 comentarios:

  1. esto es lo que mas me gustó de todo tu blog, hasta podría aplicarse a un tango furioso, qué buenas metáforas!! Me gusta esta faceta Carito!

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  2. Mi mal humor ha sido súbitamente borrado por tu entrada.
    Creo que después de ese fin, no puede haber más.

    Gracias por el comentario en mi blog, fue muy muy lindo y tan no típico que me emocionó.
    Un beso!

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  3. Pero qué bien dicho.
    Pero cómo duele.

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