martes, 5 de octubre de 2010

Tiene sus cosas.

"Esa vida sin vos que yo nunca me creí" me dijo.
Ahora escuchame vos: te hice un favor.
Cosas que dijimos siempre... esperarnos en Parque Lezama, amarnos hasta la muerte, acompañar acompañar acompañar, no hacernos (más) mal.
Te hice un favor, creéme.
Recién, no sé cómo si te odio, se me ocurrió ir a verte las palabras a lugares que no existen más y me vino una sensación de revuelto que hacía años, AÑOS que no me pasaba. Miré para atrás y estabas ahí.
¡Estabas ahí tanto pero tanto!
Pero no en la casa de 68 ni en Parque Saavedra. Estabas ahí en Monte, estabas en tu casa, estabas en mi mesa, estabas en un auto conmigo en un barrio cheto. Estabas ahí como no te veía desde ni me acuerdo cuándo.
Entonces entendí... comprendí, me acuerdo de comprender. Te entendí a vos, me entendí a mí, entendí por qué alejarte vertiginosamente, entendí no bancarsela jamás: no habertela ni habermela ni comerla ni beberla.
La historia para contar, si es que podemos asumirla.
Yo no creo estar en tu boca nunca y me parece mejor, hay una parte de mí que nació para ser horrible al lado tuyo... y otra parte... que no sabe y por eso se calla o por eso habla o por eso lee y entiende y comprende. Trata de salir, ¿viste?, trata de estar lejos de cualquier manera, de no traer nada, de amar la carretera peeeeeero, los vestigios de la hoguera y las brujas.
Me cago en el día que me conociste, es lo más sensato que puedo hacer.
Yo no sé qué energía extraña tienen las palabras pero necesito crecer... "corte que veo fantasmas donde no hay".
Todavía intento ver qué fuiste, qué sos, quién soy... ¿Esta sensación de ahora? ¿la de antes? ¿la memoria? ¿la menor idea?.
Quisiera saber dónde estás, a ver si me llevaste.
Alguna vez lo debés haber hecho... yo ahora tengo un pañuelo que es mi casa y que tengo que llevar conmigo.
¿Qué es esto? Yo no sé mucho sobre muchas cosas, no sé nada. No sé por qué no me di cuenta de que no sé caminar, estaba ocupada viéndo como me ponías cosas adelante.
No es que no esté enojada o que extrañe
(estoy furiosa
y
no extraña)
, es que
necesito saber
por qué.

1 comentario:

  1. ah.. hay tanta pregunta que no necesita respuesta..
    Después llega el tiempo en que esas preguntas ya no las reconocemos como nuestras. Y cuando se va, le hacemos el atadito con esa que fuimos para que se la lleve también. Para que pueda florecer una nueva.
    (Silenciosa pero jamás ausente)
    Abrazo(s)

    ResponderEliminar