lunes, 25 de enero de 2010

Tiem po

Me cansé del progreso.
Del salto al abismo sin fondo y caer y caer y caer.
Vos te distraes muy facilmente y yo no puedo hacer que mi cabeza pare un segundo.
El odio, el olvido, el odio al olvido, el olvido del amor, todo tan triste y en pedacitos de vidrios rotos en el patio, descalza y en una tarde de verano sin sol.
Las cosas que son pegajosas, la grieta en el tiempo por la que se escurre cada rayo de tu pelo y de mi boca en tu hombro en la almohada y vos durmiendo y yo sin poder dormir.
Despertases si.
Dos horas y tuve los ojos abiertos como el mar y nadie vio y nadie miró y nadie se detuvo en el escándalo de olas que hice esa mañana entre las historias de la guerra que perdimos. Que perdemos. Que perdí.

No me encuentro en esta sombra sin tu perfume, luna querida.
No me encuentro en este país en donde las calles tienen olor a pegamento.
No me encuentro en esta ciudad en donde el diario no huele a diario si no a calabozo, a tinta amarilla, a gritosucioahogado.

No estoy yo tampoco.
Me fui yo también.
Ella también.
Yo también.
Yo.
Re co noz co.

2 comentarios:

  1. ay, ay, ay... cuánta melancolía implica tener un corazón !

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  2. Nada que acotar, solo que hay veces que escribís y suena perfecto.
    Beso peterete

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