lunes, 31 de mayo de 2010

La paciencia de los granos de arena.

Pasan de a 2 o de a 3, quizás de 4, 5 o 6 por el espacio reducido que el vidrio les ofrece. Pasan y debe ser jodido, la claustrofobia, el apriete, el toqueteo, que este te apoya, que aquel sin querer te mete un manazo. Pasan por ahí muchas veces por día dependiendo de las veces que el usuario recuerde poner el tiempo patas para abajo o para arriba.
Por eso están ahí adentro, por eso fueron sacados de la playa mar y sol que su nacimiento les ofrecía. Se van del cielo abierto al frasco de vidrio y encima tienen que bancarse el estrés que implica ser minuto o segundo transcurrido, y sin embargo esperan todo el día que les toque el momento de pasar al otro lado, eso seguro. Es que son concientes, tienen su vida arreglada. Cuando son futuro, saben que van a ser presente por un microsegundo, y que después van a ser pasado y a esperar de nuevo figurar en el tiempo ese pequeño momentito de claustrofobia, de apriete, de toqueteo.
Después vuelven a ser pasado, si los miro con detenimiento puedo verlos más grises, como vemos las cosas que quedaron atrás en nuestro tiempo. Pero están de ese lado de su mundo tranquilos porque saben que la función que les propuso el destino es volver a cumplir rituales, volver a pasar por el tubito, volver a ser el futuro de algo, volver a fraccionar el total de los años universales.
Ya quisiera yo ser un granito de arena con la conciencia de que en algún momento el mundo gira y vuelvo a ser o soy por primera vez.
Ahora ya quisiera yo ser un granito de arena sabiendo que me aburro de pasar siempre por el mismo lugar.
Ya quisiera yo ser un granito de arena y ¡tch, tch! vos, che, ¡vos!, ¡tirame el reloj de mierda al piso! Con bronca, nena, que se rompa bien el vidrio.
Vendrá el viento y seré liviana, y quién sabe... tal vez vuelva a la playa o conozca la selva, ahora soy presente siempre.

domingo, 9 de mayo de 2010

Algo normal.

Una vida normal, una espalda relajada.
Algo normal que no pese como otras normalidades, que no sea extremo, pero sí un poco menos tormentoso como mis cosas anormales.
Una casa normal, un horario normal, una comida normal, una mano normal.
Un momento normal entre una fiesta de locos. Locos y deformes. Deformes y rotos por el sistema, por el mundo, por el camino que corre con furia debajo de sus pies.
He visto en este tiempo tantas cosas, que tengo un tipo o una tipa apuñalandome en el lado derecho de mi espalda, (ahí en el trapecio, donde recaen las anormalidades corrientes de esta ex-cristiana) y no sé ya como pedirle que se vaya.
Tal vez se empiece por poner algo en el medio, entre eso y yo, entre tanto y tanto, entre tu voz y mi verdad.
Antes también vi infinitas cosas. Vi cosas que me parecían anormales y que ahora ya no tanto. Esperá, no siempre normal es sinónimo de tranquilo... estaría bueno empezar por decidir qué quiero o qué necesito y después sentarme a escribir un texto a respecto.
Quiero respeto.
Quiero tener ganas.
Quiero no ver a un pibe hacer 11 fondos blancos.
Quiero mucho más, porque soy hipócrita, no conocer al pibe.
Quiero dormir bien.
Quiero ir al dentista.
Quiero tomar mate al sol en el parque.
Quiero hacerme un amigo en La Plata.
Quiero dejar de pelear.
Quiero no sentirme desesperada.
Quiero tirar para el mismo lado.
Quiero tirar para el mismo lado.
Para el mismo lado, dale.
No sé cómo hacer para que entiendas que me tiré por vos y lo haría cada día de mi vida... tu neurosis no es necesaria.
Quiero desofenderme rápido o creer un poco menos que no hay derecho, que tengo razón.
Dale, dale, tirame un centro.
Dale.

"Si no te juro que me corto. Bueno, no me corto pero escribo la nota suicida" (:P)

viernes, 7 de mayo de 2010

Soy

Soy Carolina.
Soy "la pibita".
Soy la enferma que te grita.
Soy la intolerante.
Soy "la más linda de américa".
Soy la que siempre se la agarra con vos.
Soy tu novia la desequilibrada.
Soy la exagerada.
Soy la que pone las caras graciosas.
Soy la que tiene miedo de noche.
Soy la que se arrepiente.
Soy la conchuda.

Soy tantas cosas desde hace tanto peeeero

lo que más soy es la que te ama indescriptiblemente desde el principio del mundo y hasta el fin de los tiempos. Esas si son cosas que no tienen vuelta atrás.

Soy todo lo que recuerdo y soy la que está feliz de haber llegado aunque se ponga duro y nos duela la cabeza.

Soy tu Nanita, no me creas cuando me pongo mala.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Podrás.

Y desde algún lugar volvemos a ser libres y a com pren der.
Y de cómo comprender se relaciona en mi cabeza directamente con formar parte: te comprendo, soy parte de vos, comprendo tu extensión, uno es todos y todos somos uno.
Quisiera mil veces retroceder sobre mis pasos inmediatos y no decir, no hacer, no gritar, pensar un momento… pero contradictoriamente a lo único que se acciona es a tirarnos cosas por la cabeza y dejarnos solas.
El tema está en la no-comprensión de tu parte hacia ese “dejarme sola” que es tan diferente al tuyo, esta soledad que me ocupa ahora que a 700 kilómetros de toda la parte de mí que no tiene que ver con vos se ve y se hace y se siente gigante y pesada como el mismísimo mundo nuevo que estoy pisando.
Está bien entender que es una tarea complicada la que te toca, una no siempre puede ser contención siempre y otra no siempre puede olvidarse de que la gente con la que cuenta está lejos justamente ahora.
Yo sabía que no iba a ser fácil, yo sé que no es fácil lo del egocentrismo y de la incapacidad de análisis y de mi vida que cada tanto es una puta mierda y quiere volver un poco más que sobre los pasos instantáneos y duda respecto de si es tan difícil comprender la tensión, entender la presión, apaciguar el cambio, abrazar en lugar de manotear, convencer en lugar de obligar y no pararse en ese lugar de arrogancia en donde una todo bien y la otra está muy loca, está muy mal, está muy histérica, está muy sacada, extraña a su mamá, extraña a sus amigos, está muy sola.

Podrás, desde tu vasta inteligencia, leer que esto se siente hace días y podrás, desde el mismo lugar, leer que el esfuerzo necesario es la tolerancia hasta que la casa y las calles y la gente sean mías.
Pero por ahora no. Por ahora elegimos decirnos "qué mal que estás, no te soporto".

1er gracias desde que llego, muybiendiezfelicitado.