martes, 25 de octubre de 2011

Cómo encontrar la valija del viaje a Venezuela.

Tomá-té manzanilla.

Nunca le pasó.

Ni le va a pasar, lola lola.

Yo tampoco sé, basta.

Pero entonces los lentes y leer cosas y encontrar por casualidad una valija vieja llena de cosas mías que ya no son mías porque ni me las acordaba y puede ser que ahora... ¡ahora nada!, si me siento un poco a pensarlo ahora más nada.
¿Y qué le vas a hacer? decir "no encuentro el tiempo" porque "perdí el tiempo" tiene interpretaciones que no se aplican, y esperar que en algún bolsillo de otro saco me encuentre el mapa de lo que fue.

Otra cuestión.

Estoy tan llena de esta vida nueva y de la muerte vieja A LA VEZ, que recupero esto de haber sido siempre tan ambigua.
Porque yo estoy tratando, yo trato y quiero que salga para arriba, y a veces sola, a veces no, a veces parece y estoy tan fría... desde antes de darme cuenta... es como cuando se avecina la tormenta: estás ansiosa, sentís la estática en el aire, no sabés si te querés quedar a mojarte o guardarte del rayo que pueda cruzar.

Yo que sé, basta.

Que sea lo que sea.