Esperar es una de las peores cosas que pueden pasarle al ser humano.
Esperar es una de las peores cosas que pueden pasarle a las mujeres.
Esperar es lo peor que me puede pasar a mí.
¿Y cuando lo que esperamos no llega?
Todo se remite a cosas inevitables, empieza un juego monstruoso con el ego y el amor propio.
Además la incertidumbre a mil por hora y la falta de costumbre a la que me tenés con respecto a los actos de desconsideración.
¿No ves?
Es como esperar un llamado:
Imaginate que tiene que llamar en un rango entre las 19:00 y las 21:00.
A las 19:45 juego a la escondida con mis ganas de estar levantada, con mis ganas de esperarte; y no llama nadie.
A las 20:15 estoy un poco enojada. Agarro el tubo del teléfono y escucho a ver si funciona o si malditamente lo cortaron justo ahora; y anda, y no llama nadie.
A las 21:00 estoy totalmente enojada, terminó el rango de horarios posibles.
Levanto el tubo de nuevo y me digo que no me puedo enfermar en cada situación límite de la vida, entonces me planteo un desafío:
Dejo la extensión por la que se envían y reciben las ondas de sonido unos segundos suspendida en el aire...
- Va a llamar y le va a dar ocupado - me digo.
Aguanto 10 segundos.
Cuelgo.
Pienso en el porcentaje de posibilidades que hay de que haya llamado justo en ese momento.
Vuelvo a levantar...
- 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, ¡15!.
Aguanté 5 más que antes.
Cuelgo.
Pienso en... no pienso en un carajo.
Levanto.
20 Segundos.
Cuelgo.
- Ya está, seguro que llamó ahí, que se cague.
Se hacen las 23:00 hs y no sonó el teléfono.
Bah, sí, pero era mi mamá y le hablé rápido por miedo a que llame justo ahí y todo mi juego haya sido inútil: si hay incomunicación, que sea porque yo lo decido.
...
23:05 suena el teléfono.
Dijo que ahora viene.